Argentina Sin Hambre: continuación del Programa con nuevos compromisos
En esta etapa de #ArgentinaSinHambre, siguen los esfuerzos de distintos sectores comprometidos con combatir el hambre en nuestro país
Entrevista a Fabián Zeta (operador, productor y fundador del Mercado Central, además de presidente de la Cámara de Operadores Mayoristas Frutihortícolas) y Carlos Soto (vicepresidente del Consejo Pastoral Lomas de Zamora) en el arranque de un plan con proyección nacional
Argentina Sin HambreRedacción ARG360En el marco del espacio ARGENTINA INTEGRADA, nace el programa #ArgentinaSinHambre: un proyecto de producción colectiva orientado a encontrar soluciones a la principal problemática que atraviesa nuestro país en la actualidad, mediante una acción solidaria que involucra a distintos sectores.
Podríamos decir que #ArgentinaSinHambre empieza por lo urgente (cómo llevar la comida a las mesas argentinas) y se dirige hacia lo importante: crear un verdadero cambio cultural respecto a la solidaridad entre los argentinos.
A modo de puntapié inicial, entrevistamos a dos de sus protagonistas: una parte del empresariado con visión solidaria que propone un nuevo modelo de liderazgo para la transformación y un Consejo Pastoral comprometido con el cambio social.
#ArgentinaSinHambre es un programa que comienza en el partido bonaerense de Lomas de Zamora y se entenderá hacia cada rincón de la Argentina.
¿Cual es la importancia del Mercado Central en este programa?
Fabián Zeta: Nuestro sector es un sector que está olvidado, pero no por este gobierno sino que ya es algo que viene desde hace varias décadas. Somos un sector que es solidario dando y también porque es formador de trabajo. Pasa que se desvirtuó mucho nuestra actividad y con el paso del tiempo se fue perdiendo lo que dignifica que es el trabajo. Entonces falta mano de obra, pero se pueden hacer muchas cosas para cambiar esta realidad. Los profesionales de esta actividad sabemos dónde tenemos que llegar para que se cree la dignidad del trabajo.
¿Cómo funciona la cadena de valor?
Fabián Zeta: Se produce, se transporta, se vende en los mercados, se vende en las fruterías y se consume en los hogares. De la mercadería que llega al Mercado Central tan solo entre un 20 y un 30% se distribuye hacia otros mercados. Antiguamente era el 100%. Recordemos que el Mercado Central fue creado en 1983, trabajando con la hortaliza pesada (papa, cebolla, batata, zanahoria, zapallo anco) y después vino la fruta al año siguiente, cuando se inauguró formalmente. Pensemos que en aquella época eramos 20 millones de argentinos y hoy somos 44 millones. Llegó a cumplir el rol de único mercado concentrador 60 kilómetros a la redonda. Teníamos 500 hectáreas asignadas para el sector frutihortícola. Hoy son 25 hectáreas. De todos modos sigue siendo el mercado frutihortícola más grande de la Argentina.
¿Por qué se suma la iglesia a este programa?
Carlos Soto: Esto nació con la necesidad del pueblo. Como pastores nos encontramos con la dificultad y la necesidad que el pueblo está viviendo en el hambre. Y como decía Fabián hubo, hay y habrá hambre siempre porque es parte de lo que nosotros sabemos y entendemos a través de la palabra que es así. Ahora bien, en estos últimos tiempos se puso muy difícil. Entonces una de las ideas que surgen es cómo podemos solucionarlo. La mayoría de los pastores tenemos comedores infantiles, y hoy encontramos serias dificultades para ofrecer comida todos los días. Entonces buscamos y pensamos y juntos tomamos esta decisión de cómo podemos hacer algo. Y hablando justamente de dignidad, una de las cosas que tenemos bien en claro que no tenemos nada regalado y si queremos poder hacerlo bien y poder repartirlo, entonces nace este proyecto donde nos encontramos con gente como Fabián y muchos más que nos iremos cruzando en el camino, y con la idea de poder solucionar el hambre que hay hoy en la Argentina, que es una realidad.
¿Cuál es su alcance?
Carlos Soto: Nuestro trabajo principal como pastores consta en la vida espiritual, pero muchas veces con eso no alcanza... y nos unimos justamente con ese propósito, una propuesta que nace con un puntapié en Lomas de Zamora y la idea es que se replique a nivel provincial y nacional.
Fabián Zeta: No puede ser que en un país donde se produce para 440 millones de personas haya 5 millones de personas que estén pasando hambre. No puede ser que el precio de los alimentos estén tan altos. Nosotros notamos desde nuestro ámbito de trabajo que nuestra mercadería se remarca con mucho margen. Y desde hace unos quince años atrás la política de precios está ausente desde el Estado...
¿Cómo se instrumenta el programa en relación al precio?
Fabián Zeta: En algún programa televisivo debatiendo con funcionarios del actual gobierno decían "nosotros somos el libre mercado" y yo les respondí que nosotros tambien somos el mercado libre porque nosotros hacemos la oferta y la demanda, a mayor cantidad y de toda la vida. Lo que pasa es que un producto como la papa (el producto más popular que hay en la Argentina y en el mundo, y que es estacional todo el año) se remarque con un 300 ó 400% como se está viendo no tiene sentido.
Carlos Soto: Al no estar regulado y dejar vía libre, hay quienes se aprovechan y remarcan demás. Además el aumento de las cosas va en contra de lo que nosotros estamos viviendo en los salarios, que están estacionados, prácticamente anclados porque no creo que haya paritaria que pueda igualar el aumento inflacionario. Entonces, el proyecto es una bolsa solidaria para alcanzar los mejores precios en función de la realidad económica de la Argentina para llegar a todos los hogares.
Fabián Zeta: Cada bolsón pesa 8 kilos e incluye papas, cebollas, batatas, zanahorias, zapallos anco y frutas de estación para poder ayudar a las familias que habitan el territorio argentino...
¿Cuántas iglesias participan?
Carlos Soto: El programa empieza con alrededor de 70 iglesias en Lomas de Zamora, a modo de prueba piloto. Y ya se están abriendo muchos lugares, como Moreno, Mar del Plata, Rosario, Córdoba, entre muchos otros. Los pastores somos apasionados por nuestro trabajo y aprendimos de nuestro maestro, Cristo, que entregó su vida para que nosotros estemos bien. Juan 6 dijo que cuando hubo necesidad de repartir comida él también estuvo. Por eso hoy nos involucramos como iglesia para este proyecto porque entendemos que no solamente es necesario acercar lo que hace bien al alma, sino también para que nadie pase hambre.
¿Por qué el programa #ArgentinaSinHambre además apunta a lograr un cambio cultural?
Fabián Zeta: Nuestras frutas y verduras se producen todos los días, hay que cosecharlas y acercárselas a las familias a un precio accesible... ese es nuestro compromiso. Luego, desde el Mercado Central deberíamos implementar un programa de precios sugeridos porque no podemos hablar de precios máximos o precios mínimos, pero sí darle información a la gente para que sepa cuánto debería pagar el kilo de cada alimento. Acá lo que hay que destacar es que hay mucha conciencia, mucha solidaridad y mucha voluntad de acción concreta, porque somos gente de palabra, somos solidarios, somos hermanos y somos argentinos. Se trata además de un cambio cultural porque trabajando unidos vamos a lograr muchas cosas.
Para más información sobre el programa, escribir a [email protected].
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