Argentina Sin Hambre: continuación del Programa con nuevos compromisos

Tras el lanzamiento del programa en Lomas de Zamora, #ArgentinaSinHambre sigue expandiéndose, alcanzando nuevas comunidades y multiplicando esfuerzos para llevar alimentos y soluciones sustentables a los sectores más vulnerables. Esta continuación nos permite conocer más a fondo la labor de instituciones religiosas y civiles que están a la vanguardia de este cambio.

Esta vez, entrevistamos a dos actores clave: Abel Patiño, pastor de la Iglesia Jesucristo La Única Esperanza en Moreno Sur, y Damián Galarza, presidente de la Asociación Civil "Mi Mundo, Tu Hogar". Ambos comparten sus visiones y desafíos mientras trabajan en el marco de este ambicioso proyecto.

¿Cuál es el trabajo que cada uno viene realizando en Moreno?
Abel Patiño: Llevamos muchos años trabajando en el sector más pobre de Moreno, en el barrio Manantiales. Nuestro merendero funciona todos los fines de semana, asistiendo a más de 100 personas, de las cuales alrededor de 60 son niños. Aunque no todos asisten a la iglesia, forman parte de la comunidad que apoyamos. Argentina Sin Hambre es un programa que viene a darnos una mano para llegar a más personas necesitadas. Es algo accesible y con mucho potencial, que ya ha comenzado en el Consejo Pastoral de Lomas de Zamora y ahora sigue en Moreno.

Damián Galarza: Nuestro principal objetivo es trabajar con la comunidad morenense para lograr igualdad de oportunidades para las personas más vulnerables. Buscamos alcanzar la dignidad a través de la capacitación laboral, permitiendo que cada individuo se realice mediante un trabajo digno. Ofrecemos capacitaciones en oficios y estamos preparando programas de innovación tecnológica. Además, estamos gestionando acuerdos con PyMEs para facilitar la inserción laboral de los capacitados. Sin embargo, recorriendo el territorio, hemos identificado una problemática aún más urgente: el hambre. Es por ello que nos sumamos al programa Argentina Sin Hambre. Aunque no era nuestro objetivo principal, hoy reconocemos que es la necesidad más acuciante.

¿Qué impacto esperan que tenga Argentina Sin Hambre en la comunidad?
Damián Galarza: Nuestro rol es colaborar para llevar este programa a las iglesias de Moreno, que están trabajando intensamente en los barrios para enfrentar esta crisis. Actuamos como enlace, dialogando con pastores e iglesias para asegurar que el programa llegue a todas las comunidades necesitadas. Esperamos contar con el apoyo del área de articulación religiosa de Moreno para extender la ayuda de manera efectiva.

Abel Patiño: Esperamos que el programa traiga beneficios tangibles a más sectores. En Moreno hay aproximadamente 800 iglesias, y aunque no todas están participando aún, la gran mayoría ya se ha sumado. Creemos que la iglesia tiene un rol fundamental en la sociedad, no solo en lo espiritual sino también en lo social. Este programa ayudará a paliar la crisis que vivimos, llegando a personas que antes no se acercaban, pero que ahora lo hacen por la necesidad que están pasando.

¿Cuál es el legado que quisieran dejarle a la comunidad?
Abel Patiño: El cambio que necesitamos empieza en el interior de cada persona. La transformación fundamental ocurre cuando el hombre se acerca a Dios. No podemos aspirar a una sociedad diferente si no tenemos a Dios de nuestro lado. Es Cristo quien puede traer una verdadera transformación en el corazón del hombre, y eso se reflejará en un cambio positivo en nuestra comunidad.

Damián Galarza: Durante la pandemia, organizamos ollas populares en distintos barrios y vimos cómo la gente acudía en busca de un plato de comida en un contexto adverso. Lo hicimos porque comprendíamos la necesidad, pero también entendimos que no se estaba dignificando al pueblo. Aspiramos a una dignificación real, donde cada persona pueda valerse por sí misma, porque no hay nada más digno que llevar un plato de comida a casa gracias a tu propio esfuerzo.