Ola de calor: por qué el riesgo para los adultos mayores es "invisible" y cómo actuar a tiempo

La falta de sed y la percepción térmica alterada convierten a las altas temperaturas en una amenaza silenciosa. Guía práctica para cuidadores y familiares.

BienestarRedacción ARG360Redacción ARG360
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Las olas de calor que azotan al país no impactan a todos por igual. Mientras los jóvenes suelen adaptarse con medidas básicas, para los adultos mayores el calor extremo es un peligro invisible. El cuerpo ya no avisa como antes, y cuando aparecen los síntomas, muchas veces el cuadro ya es crítico.

“El problema no es solo el termómetro, sino la respuesta del organismo envejecido”, explica el Dr. José Ricardo Jauregui (M.N. 74.384), presidente de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría. “Con los años, se altera la percepción térmica y la capacidad de regular la temperatura. El peligro llega antes y se nota menos”.

 
🚩 El "Golpe de Calor" que no parece tal
A diferencia de otros grupos etarios, en los adultos mayores el agotamiento no siempre se manifiesta con sudoración excesiva o sed voraz. Según el especialista, el cuadro puede ser engañoso:

Sin sed: El cerebro puede no registrar la necesidad de hidratarse.
Señales cognitivas: La deshidratación suele debutar como una confusión leve, somnolencia o cambios repentinos de humor.
Medicamentos: Muchos fármacos crónicos (como los diuréticos) alteran el equilibrio hídrico, acelerando el proceso.
“El golpe de calor no siempre empieza con un desmayo. A veces comienza con una apatía que los familiares confunden con ‘cosas de la edad’”, advierte Jauregui.
 
📝 Check-list: Señales de alerta para estar atentos
Si convivís o cuidás a una persona mayor, buscá estos signos incluso si ellos dicen sentirse "bien":

Tipo de signo                    Síntoma a observar

Comportamiento            Confusión, desorientación o menor respuesta a estímulos.

Estado de ánimo            Irritabilidad inusual, apatía o cansancio extremo.

Físico                                Boca seca, orina oscura, mareos o dolor de cabeza.

💧 Prevención activa: Más allá de "dar el consejo"
Prevenir no es solo decir "tomá agua"; es facilitar el acceso al líquido. El Dr. Jauregui recomienda un enfoque proactivo:

Hidratación a la vista: Colocá jarras o botellas de colores llamativos en la mesa de luz o cerca del sillón. Si el recipiente es liviano, mejor.
Menú hídrico: No todo es agua mineral. Sumá infusiones frías, gelatinas, frutas (sandía, melón) y sopas frías.
Ambiente "bunker": Mantener persianas bajas de día y ventilación cruzada de noche. Evitar salidas entre las 11:00 y las 17:00.
Ropa inteligente: Prendas de algodón, colores claros y talles holgados.
 
🚨 Qué hacer ante una emergencia
Si detectás síntomas de estrés térmico, cada minuto cuenta:

Lugar fresco: Trasladar a la persona a la sombra o un ambiente con aire/ventilador.
Enfriamiento mecánico: Aplicar paños húmedos en nuca, axilas e ingle.
Posición: Recostar a la persona y elevar ligeramente las piernas.
Llamada inmediata: Comunicarse con el servicio de emergencias médicas.
 
El rol de la comunidad
"No se trata de alarmar, sino de acompañar", concluye Jauregui. En días de temperaturas extremas, un llamado telefónico o una visita breve de un vecino pueden salvar una vida. La hidratación en la vejez no es una elección, es un cuidado colectivo.

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