Huracán Melissa, la furia del clima: Pasa a Categoría 5 en 48 horas impulsado por el calentamiento récord del Caribe

La rápida intensificación del fenómeno, cuya velocidad del viento y potencial destructivo se incrementaron hasta un 50% por el cambio climático, es un patrón que los científicos advierten que se está volviendo a la nueva norma global.

MedioambienteRedacción ARG360Redacción ARG360
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El huracán Melissa alcanzó este lunes la categoría 5 , la más alta en la escala Saffir-Simpson, tras una intensificación explosiva sobre las aguas excepcionalmente cálidas del mar Caribe. En menos de 48 horas, el sistema escaló de tormenta tropical a un ciclo con ráfagas catastróficas.

De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), los vientos de Melissa se duplicaron en menos de un día, alcanzando ráfagas de hasta 175 millas por hora (280 km/h). Este fenómeno de rápida intensificación extrema —definido como un aumento de al menos 50 nudos en 24 horas— se manifestó en Melissa con un incremento de 70 mph (112 km/h) en el mismo período, marcando dos episodios consecutivos entre el 25 y el 27 de octubre.

 

La huella del cambio climático: el factor clave de la intensificación
 

Los científicos señalan directamente el cambio climático como el motor de esta intensificación sin precedentes. Datos satelitales y mediciones oceánicas indican que el mar Caribe registró temperaturas de 2.5 grados Fahrenheit (1.4°C) por encima de su promedio habitual.

Esta diferencia, aparentemente pequeña, fue el combustible térmico para Melissa:

El Océano como central energética: El océano funciona como la fuente de energía principal de los huracanes. Cuanto más caliente está el agua, más vapor se evapora y más energía térmica se transfiere a la atmósfera, alimentando y reforzando los vientos del ciclo.
Aumento de poder destructivo: Un análisis preliminar de Climate Central estimó que el calentamiento de las aguas aumentó la velocidad máxima de los vientos del huracán en unos 10 mph (16 km/h) y elevó su potencial destructivo hasta en un 50% .
El planeta ya se ha calentado alrededor de 1.4°C por encima de los niveles preindustriales, y los océanos han absorbido cerca del 93% del exceso de calor generado por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero.

El alarmante dato: El “Índice de Cambio Climático en Ciclones Tropicales” de Climate Central estimó que las condiciones oceánicas observadas en la trayectoria de Melissa son entre 500 y 700 veces más probables debido a la influencia humana sobre el clima.

 

Un futuro de riesgos múltiples
 

El NHC ha advertido que Melissa podría generar vientos catastróficos, lluvias torrenciales y graduales de tierra generalizados. Se prevé que algunas comunidades queden aisladas durante varios días debido a daños masivos en la infraestructura eléctrica y de comunicaciones.

Este patrón de intensificación extrema se está volviendo, según los científicos, más frecuente a medida que las temperaturas oceánicas baten récords. En los últimos dos años, fenómenos como Beryl, Helene y Milton también mostraron un comportamiento similar, impulsados ​​por aguas sobrecalentadas.

El triple peligro del calentamiento:

Huracanes más fuertes: El aumento de temperatura amplifica su intensidad, como en el caso de Melissa.
Lluvias torrenciales: Un aire y un océano más cálidos contienen y liberan más humedad, lo que intensifica las precipitaciones y aumenta el peligro de inundaciones repentinas, la principal causa de muertes relacionadas con huracanes.
Marejadas ciclónicas mortales: El calentamiento global eleva el nivel del mar, lo que, combinado con las tormentas, incrementa el riesgo de marejadas ciclónicas que pueden arrasar con comunidades costeras enteras.
Además de los huracanes, las olas de calor marinas prolongadas ya están causando estragos en los ecosistemas, provocando eventos masivos de blanqueamiento de corales, con especies fundamentales ya declaradas funcionalmente extintas en aguas como las de Florida.

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