Aldegani: "espero que podamos despertar la glándula de lo colectivo, para el bienestar común"

Esta edición reafirma el lugar de Pleamar en el ecosistema del avant-garde en Argentina y proyecta su evolución hacia el futuro.

La muestra Todo lo que nos queda es un diario, montada en la Sala 3, coproducida por el Museo MAR y Pleamar, con la curaduría de Javier Sandoval Velasquez, formó parte de la programación del festival, ampliando las posibilidades de diálogos interdisciplinarios que el proyecto busca fomentar. Los doce artistas que la integran provienen de diversas regiones de país, remarcando la perspectiva federal que caracteriza la programación de la organización. Esta exhibición, inaugurada en septiembre, podrá visitarse hasta febrero.

La instalación Jardines en burbujas de la tecno-ciencia de Laura Benech,  transformó los exteriores del Museo MAR con su propuesta en realidad aumentada.

Las performances en vivo, que se alternaron entre el auditorio y el hall del Museo, fueron el plato fuerte de la programación, concentrando a una audiencia que disfrutó de las experiencias con gran atención. En el hall, Gonzalo Rey y Gustavo Krumrick presentaron una jam de música house con síntesis analógica modular, mientras que Saccéa y Marisol Avila ofrecieron una jam de ambient ritual; la propuesta ambas fue seleccionada a través del Open Call Expresiones Sonoras, organizado en colaboración con la Licenciatura en Artes Electrónicas de la UNTREF. 

Ignacia animó también el hall con su Sola Nerd Set, donde combinó canciones electrónicas con climas instrumentales orgánicos que forman parte de su nuevo álbum PANORÁMICA. En el auditorio, Prisma y Mene Savasta desplegaron un repertorio de intensidad bailable acompañado de las imágenes espaciales de Vanesa Massa. El cierre estuvo a cargo de Klauss, que impactó al público con su habitual parafernalia analógica y las imágenes especialmente compuestas por Fernando Molina, un juego monocromático en verde fósforo que complementó el sonido de alta intensidad. 

El festival también destacó por sus espacios de pensamiento crítico y debate. En uno de los conversatorios, dedicado a la gestión cultural, participaron Lina Ángel (Residencia R.A.R.O.), Leandro Frías (Escuchar [Sonidos visuales], Museo Moderno), Gonzalo Solimano (MUTEK.AR/Artlab) y Luciana Aldegani como moderadora, a quien entrevistamos unos días antes del Festival y que ahora publicamos junto al resumen, para dejar resonando sus palabras y su lúcida mirada hacia el futuro.

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¿Qué se siente al llegar a la edición número X de Pleamar?
Estamos muy felices de haber logrado nuestras diez ediciones en cinco años de acción constante. Pleamar ha crecido y se ha modificado todos los años gracias a la fuerza colectiva de nuestra organización, al compromiso de los artistas, al apoyo de entidades e instituciones que todos los años participan, especialmente el Museo MAR, nuestra sede principal que recibe los contenidos todas las primaveras.

¿Cómo ha evolucionado la propuesta desde sus inicios?
Es interesante saber que Pleamar nació como un proyecto de divulgación, para generar conocimiento e intercambio entre artistas. Así lo concebimos en un principio junto a Ernesto Romeo. Luego se transformó en un festival, con una programación en vivo, instalaciones, charlas, talleres, entre otras actividades. Ser un proyecto concebido desde Mar del Plata le da una impronta federal a las acciones, y eso se transformó en una fuerza, nos gusta decir “un oleaje”, que nos llevó a pensar en la posibilidad de accionar en otros territorios, lográndolo. La edición de este año ofrece como novedad una muestra de artes visuales de Sala 3 en el Museo MAR.  

¿Qué criterios se tuvieron en cuenta para seleccionar los formatos y contenidos para esta edición del festival, que incluye algunas novedades como una exposición en sala y la participación de Klauss?
En Pleamar valoramos profundamente colaborar con artistas de todo el país. Este es uno de los criterios que guían nuestra programación anualmente. Por otro lado, Pleamar, concebido como un proyecto de divulgación que toma forma de festival, mantiene esa esencia en cada edición. Nos interesa trabajar de manera horizontal con la comunidad audiovisual, por eso organizamos convocatorias abiertas para sumarse a la programación o a los talleres. Este aspecto se refuerza en colaboración con entidades culturales, como UNTREF y Artlab este año, para ampliar nuestra proyección y alcance. La programación se organiza también en secciones como Pleamar Digital Art (obras audiovisuales), Pleamar Jam (improvisación audiovisual en vivo), Sound Art (muestra de artes sonoras), Pleamar Pocket Show, por mencionar algunas. Los formatos son diversos, como un reflejo de la actualidad de las artes y la música electrónica; y este año la muestra “Todo lo que nos queda es un diario”, coproducida con el Museo MAR e inaugurada en septiembre en la Sala 3, forma parte de la programación.

¿Qué papel juega la tecnología en la creación de redes entre artistas?
La tecnología ha revolucionado la forma en que los artistas se conectan y colaboran. Hoy en día, plataformas como Instagram o Twitter permiten que los artistas compartan su trabajo al instante y alcancen una audiencia global sin importar su ubicación. Herramientas de colaboración en la nube también facilitan trabajar en equipo desde distintos lugares, lo cual impulsa proyectos interdisciplinarios y colaboraciones a distancia. 

En países como el nuestro, el acceso a la tecnología se dificulta por la falta de infraestructura, el alto costo de dispositivos e internet, y la brecha en capacitación digital. Además, la inestabilidad económica y las políticas cambiarias encarecen aún más el acceso a herramientas tecnológicas, limitando las oportunidades de los artistas para integrarse plenamente en redes globales y aprovechar los recursos digitales.

Contanos sobre la perspectiva federal de Pleamar...
Pleamar nace en Mar del Plata y desde allí opera. Tiene un ADN federal, no trabaja desde la Capital. Tenemos una visión diferente del territorio y de los vínculos y redes que se pueden tejer. Es por eso que en nuestra programación siempre encontrás artistas de diferentes regiones argentinas y es por esto también que nos interesa participar del ecosistema en otras ciudades, ampliar el mapa de las disciplinas que nos gusta desarrollar. Nos gusta pensarnos como una instancia de encuentro y diálogo de artistas y profesionales de todo el país, con el objetivo de facilitar el acceso al medio y la participación en esta realidad. En este sentido, la mayoría de nuestras convocatorias tienen espíritu federal. Y es en ese sentido, también, que pensamos los movimientos de Pleamar en el territorio.

¿Cuál es tu visión sobre la escena artística argentina en la actualidad?
La escena ha crecido mucho en los últimos años y es muy diversa y rica en propuestas. Hacen falta más espacios para canalizar lo que existe, ampliar la conciencia entre quienes gestionamos, colaborar y extender las redes para dar más oportunidades especialmente a los artísticas más jóvenes, talentosísimos.

¿Qué proyectos artísticos propios estás trabajando o tenés en mente?
Actualmente, estoy trabajando en composiciones sonoras que combinan grabaciones de campo, grabaciones hidroacústicas y sintetizadores. Estoy preparando un live set para la presentación del disco *PANORÁMICA* de Ignacia el próximo 29 de noviembre en Artlab, así como el diseño sonoro de una instalación de realidad virtual en colaboración con otra artista.

También estoy desarrollando una serie de instalaciones sonoras titulada El mar suena desde que es mar, que incorpora objetos recolectados en las playas agrestes del partido de Mar Chiquita enmarcados en dos composiciones sonoras. La exploración, selección y recolección de estos elementos son parte de un proceso continuo. La primera etapa se exhibe en la Sala 3 del Museo MAR como parte de la muestra Todo lo que nos queda es un diario, curada por Javier Sandoval Velasquez para el segmento multimedial del festival, y estará disponible hasta febrero.

Tengo varios proyectos en espera, ya que la producción y gestión cultural requieren mucho tiempo, pero avanzo a mi propio ritmo, adaptándome a lo que es posible.

¿Cómo te imaginás el futuro?
Creo vivimos una realidad en la que conviven varios futuros, el personal, el profesional, el colectivo, el ambiental. Desde mi perspectiva todo apunta a que en esta diversidad de contextos vamos a tener que desarrollar herramientas nuevas y soluciones nuevas para las situaciones que ya se están presentando en todos los ámbitos. 

No puedo vislumbrar un futuro feliz, al menos no para todos, pero tampoco tengo una mirada apocalíptica sobre eso. Considero que vamos a tener que resolver problemas nuevos y adaptarnos a lo que se presente.
Solo espero que podamos despertar la glándula de lo colectivo, de lo cooperativo porque es en definitiva lo que va a hacer posible el bienestar común.

¿Tres películas favoritas de todos los tiempos?
2001 Odisea del Espacio
Blade Runner
Akira

¿Dos discos que siempre volvés a escuchar?
"Random Access Memories" de Daft Punk
"In Rainbows” de Radiohead

¿Un libro que te haya cambiado la vida?
El universo de las imágenes técnicas de Vilém Flusser cambió mi manera de percibir el mundo, completó espacios que estaban vacíos y le puso lenguaje a muchas de mis impresiones acerca de la imagen.