La banda de Milei

Si pensabas que la política argentina no podía ser más bizarra, agárrate fuerte. El presidente Javier Milei, en una jugada digna de un reality show de bajísimo presupuesto, decidió que la mejor manera de presentar su último bestseller autoayuda, "La Construcción del Milagro" (sí, otro más), era transformarse en una estrella de rock... o al menos, en alguien que intenta serlo. El Movistar Arena se convirtió en el escenario de un circo político-musical para oxigenar una campaña que huele a azufre, cortesía del narco-gate que eyectó a José Luis Espert de la lista (¡shhh, de eso no se habla!).

Primer Acto: El Rockero Despeinado (y Desafinado)
A las 20:32, el "rockstar" hizo su entrada triunfal. Doce minutos de caminata épica cual procesión romana —con el "Gordo Dan" haciendo de guardia pretoriana en una "formación de tortuga"— para demostrar que el Presidente no solo tiene un plan económico, ¡sino también una coreografía!

"Yo fui educado con odio," gritó Milei, mientras destrozaba vocalmente "Demoliendo Hoteles" de Charly García. Si Charly estaba viendo, probablemente pidió un par de whiskeys extra. Luego, en un setlist que solo un economista podría armar, se despachó con "Dame Fuego" (Sandro) y el "Rock del Gato" (Los Ratones), mientras la audiencia coreaba consignas contra "Cristina y su tobillera" y los "Tirapiedras". ¡Porque nada dice "reforma económica" como una buena agresión verbal!

El diputado Bertie Benegas Lynch hacía de baterista (¡qué desperdicio de talento político!) y Lilia Lemoine, la de los disfraces, hacía coros y bailoteaba. El momento más tecnológico fue un corto de Inteligencia Artificial de La Guerra de las Galaxias mostrando un enfrentamiento ficticio entre Milei y Cristina. Porque, claro, la solución a la inflación siempre fue el fan-fiction galáctico.

Segundo Acto: El Presidente que Vive en un Universo Paralelo
Tras una ducha misteriosa y un intermezzo cultural con Agustín Laje (que habló de Israel, antisemitismo y el "Faro de Occidente"), el show cambió de tercio. Con Manuel Adorni haciendo de sidekick entusiasta ("Nos dijeron que no pasábamos diciembre," se ufanó), Milei se puso su traje de "mandatario serio"... aunque con un cinturón de rockstar.

Las perlas de la noche:
>El Vaticinio Económico: La inflación "se va a estabilizar en el 30 por ciento, si bien es un número horrible." ¡Tranquilos! Solo un 30%, ¡es casi un feriado! Pero bramó que "no vamos a emitir un peso más y la inflación va a ser un tema del pasado." (Sí, ya lo escuchamos antes.)

>La Matemática de la Pobreza: Volvió a destacar que bajó en 12 millones la cantidad de pobres. Seamos claros: 12 millones. Un número que desafía cualquier cálculo del INDEC, la lógica y, probablemente, las leyes de la física. Pero ¡hay 6 millones de argentinos que antes no comían y hoy sí comen!

>La Promesa de por Vida: "Si tenemos la suerte de que nos acompañen hasta 2031 les estaríamos devolviendo 500 mil millones de dólares." ¡Diez años más de este show! El país entero conteniendo la respiración.

>Homenajes y Reformas: Rindió tributo al "ultra conservador estadounidense, recientemente asesinado" Charlie Kirk ("Esto es para vos Charlie," afirmó, ignorando que Kirk está vivo y coleando). Prometió reformas tributarias ("sacarle la bota del cuello al sector privado") y laborales ("salarios más altos donde no se pierden puestos de trabajo"). ¡La magia existe!

El Gran Final y el Interés Comercial
El clímax llegó con el Presidente desafiando: "Estamos a mitad de camino, no aflojen" (¡a mitad de camino de la ruina o de la gloria, ya veremos!). Y luego entonó, revoleando los brazos cual director de orquesta epiléptico, el tema "Libre" de Nino Bravo. La ironía del himno a la libertad cantado por un mandatario en pleno spin de crisis no pasó desapercibida.

Mientras Karina Milei, la jefa de todo, observaba emocionada, el show terminó. El epílogo fue tan burdo como previsible: stands vendiendo sus 13 libros y pantallas divulgando la venta online. Al fin y al cabo, la épica libertaria no puede eludir el interés comercial de la "obra" del máximo líder. A las 22, con Milei aún disertando, decenas de asistentes optaron por la libertad... ¡de irse a dormir! Después de todo, mañana es jornada laboral, y a diferencia del rockstar presidencial, algunos tienen que trabajar para pagar el 30% de inflación.