ESCUCHAR [Sonidos visuales] en el Museo Moderno

Escuchar [Sonidos visuales] 2024 llega al Auditorio del Museo de Arte Moderno con una propuesta audaz de exploración y reivindicación sonora, abarcando conciertos, performances audiovisuales y talleres de improvisación libre. Bajo la curaduría de Jorge Haro y Leandro Frías, esta edición trae la novedad de “Acousmatique,” una sección exclusiva para la escucha acusmática de destacados artistas locales e internacionales, ofreciendo una experiencia inmersiva de música y tecnología.

(Imagen de ANTIPLAN)

Empecemos por el principio: ¿creés que existe una unidad mínima del arte sonoro?
Jorge Haro: No. El arte sonoro es algo muy complejo, que ha ido evolucionando con el tiempo y que hoy por hoy puede ser abordado desde perspectivas muy diferentes. El sistema del arte contemporáneo se ha apropiado del término, y lo desarrolla de formas diversas, desde puestas objetuales, esculturas sonoras, etc. hasta propuestas mas radicales, como las obras que forman parte del acervo del MOMA o la muestra Audiosfera, cuyo curador Francisco López (España), propuso una exposición no objetual, solo sonido, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid en el año 2020. Obras que podían ser cargadas en dispositivos móviles, en una aplicación desarrollada especialmente para la muestra, y ser escuchadas con auriculares de alta gama. Salas vacías del Reina Sofia que contenían obras sonoras inmateriales. En Escuchar [Sonidos visuales] programamos obras 100% sonoras, pero también audiovisuales, performáticas, improvisación libre, etc. Entendemos lo aural como un todo complejo, y ponemos especial énfasis en la escucha profunda, que creemos que es un campo poco visitado, lamentablemente, por el gran público y radicalmente transformador. Lejos de clasificaciones, pre-conceptos y de esa idea retrógrada y acomplejada de que hay “algo que entender”.

Y hablando de origen, ¿cómo, cuándo y por qué surgió ESCUCHAR [Sonidos visuales]?
Leandro Frías: El origen del proyecto tiene raíces muy profundas. El espacio de música en el Museo Moderno comenzó en 1998, con la curaduría de Jorge Haro. El proyecto cambió de nombre y formatos según las épocas y los enfoques curatoriales. Se llamó Ciclo 2x1 al comienzo, luego se llamó Conciertos en el LIMb0. En esa etapa me incorporé como comunicador (prensa), y en el año 2012 comenzó a llamarse Escuchar... y yo comencé a desempeñarme como curador en dupla con Haro. Sucedió que durante varios años los conciertos tenían lugar en diferentes instituciones ya que el edificio del Museo estaba en proceso de restauración. Con nuevo nombre y una idea curatorial ampliada que contemplaba profundizar el vínculo con lo visual, entramos por esos días en el Auditorio del Museo, una dimensión que terminó de fraguar la identidad de Escuchar [Sonidos visuales]: excelencia artística y técnica, un espacio acondicionado para procurar concentración y favorecer la escucha profunda, producción quirúrgica. Esta suerte de reformulación recibió el impulso de Victoria Noorthoorn, quien por esos días iniciaba su gestión como directora, y entendió que era interesante sostener una oferta musical, un contenido diagonal, en un contexto de artes visuales. A partir de ese momento, Escuchar [Sonidos visuales] experimentó varios formatos desde aquel entonces y en 2019 se transformó en un festival anual.

(Marcelo de la Fuente en vivo)

¿Qué novedades trae esta edición 2024, en términos de curaduría y propuestas artísticas?
Leandro Frías: Este año, concentramos el concepto nodal de nuestra propuesta: escuchar. Nos interesa la escucha como una práctica de concentración y transformación. Escucha profunda, activa y concentrada. Lanzamos entonces una nueva sección, que seguramente perdurará en el tiempo, llamada Acousmatique. Se trata de escuchar obras sonoras en plena oscuridad. Nos interesa, además de la noción de música acusmática (que también podría ser en vivo), poner en valor el detenerse a escuchar obras grabadas. Por otro lado, en el lugar donde habitualmente programamos conferencias, este año ofrecemos un taller de improvisación libre, coordinado por Cecilia Quinteros y Marcelo von Schultz.

¿Cómo se vinculan lo sonoro y lo visual en las performances programadas?
Jorge Haro: Nos interesan los artistas que trabajan lo sonoro y lo visual como una unidad. Es así como entendemos lo audiovisual. Nuestros referentes son Walter Ruthmann, Oskar Fischinger, Norman McLaren, etc. artistas que producían, en dominio analógico, ambas dimensiones simultáneamente; y otros más contemporáneos: como Ryoji Ikeda, Alva Noto o Ryuichi Kurokawa, creadores 101% de dominio digital. Pero también creemos que cineastas como Stanley Kubrick, Jaques Tati, Andrei Tarkovski o David Lynch, por citar solo algunos ejemplos, son referencias fundamentales para la integración de imagen y sonido. No nos interesan los artistas que trabajan la imagen o el sonido como un complemento, como una escenografía. Para nosotros lo audio-visual es una unidad, una y la misma cosa.  

(Francisco López)

La sección "Acousmatique" es una novedad en esta edición del festival. ¿Podrías contarnos más sobre el concepto detrás de esta propuesta? ¿Qué son las "obras acusmáticas"?
Leandro Frías: Desde el festival generamos un espacio para “escuchar”. Con Acousmatique, además de propiciar una auténtica experiencia acusmática, lo que hacemos es explicitar nuestra postura, inventar una sección, una categoría de contenido para dar cuenta de que nos interesa ofrecer ese espacio preparado. El origen de lo acusmático lo encontrás en Pitágoras, en la antigua Grecia, donde el maestro daba sus enseñanzas separado por una cortina de los discípulos: la intención era concentrarse completamente en el contenido. Es Pierre Schaeffer (pionero de la musique concrète) quien en siglo XX recoge estos conceptos para para describir experiencias auditivas en las que los sonidos son experimentados sin referencia visual a sus fuentes. En este contexto, "acúsmatico" se refiere al acto de escuchar sin ver la fuente, una idea clave en el desarrollo de la música concreta, que utiliza grabaciones de sonidos del entorno, manipulados y organizados como material compositivo, sin estar anclados a lo visual. Entonces, el concepto acúsmatico en el arte sonoro contemporáneo mantiene esa separación, en la que los oyentes se sumergen en el sonido mismo, aislado de su origen físico. Este tipo de escucha permite que el sonido gane una vida propia, alentando interpretaciones y asociaciones abstractas, e imágenes internas más allá de la referencia directa a su fuente. En una cultura con la vista como el sentido hegemónico, es muy estimulante darle espacio al oído.

El festival incluye talleres de improvisación libre que promueven la participación activa del público. ¿Cuál será su dinámica y qué podrán experimentar los participantes?
Jorge Haro: Esto queda en manos de los artistas que estarán a cargo: Cecilia Quinteros y Marcelo von Schultz. Ellos tienen una profunda experiencia en la praxis y en la docencia y por eso son parte de nuestra programacion. La improvisación libre es una forma de trabajar con el sonido absortamente abierta, en donde la escucha sobre lo que uno hace y lo que hacen los otros se transforma en algo esencial. Nuestro festival se llama Escuchar, es muy evidente entonces el interés que tenemos en todo lo que implique una escucha responsable, abierta, dinámica e incluso espiritual. 

(Cecilia Quinteros en vivo)

Desde tu rol de curador, ¿qué le dirías al público general, tal vez no muy familiarizado con este tipo de propuestas vanguardistas, para invitarlos y que se animen a Escuchar [Sonidos visuales]?
Leandro Frías: Hace unos minutos, en una conversación sobre el trabajo, Haro citó a Ryoji Ikeda. Te dejo la metacita: “All my work is open. You don’t need special tools for understad it”. En mi experiencia, las personas menos familiarizadas con estas propuestas son siempre las más entusiastas a la salida del concierto. Hay un concepto equivocado cuando creemos que hay que tener competencia musical y ser una persona cultivada para apreciar el arte sonoro. Es como cualquier música, tu conocimiento te permitirá hacer lecturas, pero existe una aproximación sensible a las obras que corre por otro canal. Si estás dispuesto, el sonido te hará vivir una experiencia transformadora. No esperes escuchar una canción, claro, animate a escuchar con todo el cuerpo formas musicales y sonidos que no escuchaste jamás. Eso le diría a ese espectador imaginario. 

¿Qué otros proyectos estás trabajando o tenés en mente?
Leandro Frías: Actualmente, trabajando en la difusión de varios proyectos: Artlab/MUTEK.AR, Festival Pleamar, el nuevo álbum de Ignacia, PANORÁMICA. ¿Qué tengo en mente? Me gustaría organizar un ciclo de cruces nuevamente. Quiero hacer bonsai.

(Imagen de ANTIPLAN)

¿Tres películas favoritas de todos los tiempos?
Leandro Frías: El ángel exterminador, de Buñuel. Tiempos modernos, de Chaplin. La princesa Mononoke, de Miyazaki.
Jorge Haro: Berlin - Sinfonía de una Ciudad, de Walter Ruttmann. 2001 - Una Odisea en el Espacio, de Stanley Kubrick. Synchromy, de Norman McLaren.

¿Dos discos que siempre volvés a escuchar?
Leandro Frías: Apollo: Atmospheres and Soundtracks, de Brian Eno, Daniel Lanois y Roger Eno. Selected Ambient Works 85-92, Aphex Twin.
Jorge Haro: La Suite del Pájaro de Fuego, de Igor Stravinsky. 5 Études de bruits, de Pierre Schaeffer.

¿Un libro que te haya cambiado la vida?
Leandro Frías: No sé si hay un libro que me haya cambiado la vida, pero sí que puedo mencionar dos que leí hace poco y surtieron efectos: Allá lejos y hace tiempo, de Guillermo Hudson, y Biografía del silencio, de Pablo D’Ors.
Jorge Haro: Introducción al Budismo Zen, de D.T. Suzuki.

Programación completa Escuchar [Sonidos visuales] 2024
2 y 3 de noviembre
Museo de Arte Moderno de Buenos Aires